SPG, empresa española especializada en la fabricación de envases flexibles, rígidos y termoformables de vacío, ha superado con éxito la auditoría BRC, obteniendo la máxima calificación de AA+ para todas sus plantas; Villarrubia y Espiel, en España, y para la fábrica de Arras, en Francia. Gracias a esta certificación, se garantiza el total compromiso de la empresa con la seguridad alimentaria, se facilita el cumplimiento de la legislación vigente, y nos permite encontrar diferentes oportunidades para ahorrar costes y optimizar procesos de mejora.

La norma BRC (British Retail Consortium) es una de las certificaciones de calidad y seguridad más importantes del sector, referente a nivel internacional, reconocida por el GFSI (Global Food Safety Initiative) y otorgada por BUREAU VERITAS, encargados de certificar la eficiencia de las empresas en la implementación de sistemas de control que permitan identificar cualquier peligro o amenaza contra la seguridad de los alimentos. Está además orientada a proporcionar una guía de calidad para los proveedores de materiales de embalajes, destinados a estar en contacto con los alimentos.

Actualmente la norma BCR dispone de distintos niveles de certificación; AA, A, B y C. Pudiendo además obtenerse los grados de AA+, A+, B+, C+ y D+, siendo el grado AA+ el que se corresponde con la máxima excelencia. En el caso de SPG, todas sus plantas han logrado la certificación BRC en grado AA+, gracias a las medidas tomadas, y que han sido especialmente destacadas por la propia auditoria BUREAU VERITAS, como son; su Plan de Cultura de Calidad, su Evaluación del Fraude Alimentario y a su destacado Sistema de Calidad que se caracteriza por ser sólido, estar bien configurado, definido y gestionado. Esto es especialmente significativo si se tiene en cuenta que, se trata de una auditoría no anunciada, lo que hace que su nivel de exigencia en el cumplimiento de los requisitos sea muy alto.

Además, obtener esta distinción supone una garantía de continuidad y mantenimiento de los máximos estándares de calidad en todas sus plantas. Se certifica así su revisión profunda y estricta de sus requisitos de trazabilidad, seguimiento de proveedores, formación de personal, así como la seguridad de las instalaciones y prevención de fraude alimentario. En el caso de la planta de Villarrubia es el quinto año consecutivo que logra la máxima categoría, mientras que para Espiel se trata de su cuarto año, y en el caso de Arras, en Francia, es la primera vez que obtiene esta certificación.

En definitiva, gracia a esta certificación SPG refuerza su firme compromiso con los estándares de seguridad y calidad más altos de la industria demostrando que la excelencia es el único sinónimo de la confianza.