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El sector quiere brindar por su recuperación

  • Publicado el 13 de Noviembre de 2017
  • Bosco Torremocha

Desde el sector de bebidas espirituosas queremos ser optimistas, y esperamos que 2017 se convierta en el año del despegue definitivo del sector. Llevamos en recesión desde el inicio de la crisis, con caídas constantes que han dejado la comercialización a niveles de principio de siglo. Sin embargo, en 2015 empezamos a ver la luz al final del túnel, con un incipiente crecimiento del 2,5%, que se vio confirmado en 2016 con un repunte del 4%.

Esta tendencia positiva, y el rumbo favorable que parece impulsar nuestro principal canal de ventas: la hostelería, nos hace albergar muchas esperanzas en este 2017, en el que deseamos que esta senda de crecimiento se consolide y nos vuelva a posicionar como lo que somos: un sector generador de riqueza y empleo.

El sector necesita salir de la crisis. Volver a crecer en términos de consumo, siempre dentro de las pautas que marca la responsabilidad y la moderación, para recuperar sus señas de identidad y seguir abanderando el crecimiento económico nacional.

En 2016 las ventas de espirituosos en España alcanzaron los 214 millones de litros. La Hostelería y el incremento de las exportaciones impulsaron al sector, que aportó a la economía española un valor estimado en 7.585 millones de euros, lo que representa un 0,12% del PIB. Además, el sector sostiene 330.000 empleos directos e indirectos, en otros sectores clave para la economía nacional como la agricultura, el turismo, la hostelería y el sector servicios.

A lo largo de nuestro país existen más de 3.800 centros de producción de bebidas espirituosas. En cada rincón de España existe un destilado típico y característico, reflejo de la tradición y orgullo local: el orujo y los licores tradicionales de Galicia, el brandy de Jerez y el Penedés, la ratafía catalana, el gin de Mahón, el ron miel canario…. Y un sinfín de ejemplos más, que contribuyen a resaltar la ligazón de nuestra industria con la cultura y tradición españolas. Además, el 80% del tejido empresarial dedicado a la producción de estas bebidas corresponde a pymes y micropymes, empresas familiares y emprendedoras.

De la producción total del sector en 2016, el 60% se destinó a consumo nacional y el 40% restante a la exportación. Según nuestros últimos informes, las exportaciones de bebidas destiladas se incrementaron en un 6% con respecto al 2015, alcanzando los 589 millones de euros. El brandy sigue siendo la categoría más exportada, y por mercados importadores destacan Filipinas, México y EE.UU.

Con estas cifras queda patente la importancia del sector en términos económicos, y la necesidad de proteger esta fuente de riqueza y empleo asociada a la tradición y la cultura nacionales. Desde FEBE trabajamos a diario para hacerlo posible, y cerrar el año brindando por la buena marcha de nuestro negocio, que sería lo mismo que celebrar la recuperación económica nacional.

Bosco Torremocha

Director ejecutivo de la Federación Española de Bebidas Espirituosas, FEBE

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