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Estudian cómo mejorar el taponado de vinos

  • Publicado el 30 de Noviembre de 2020

Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, han desarrollado aplicaciones de espectroscopia de infrarrojo cercano (NIRS) para detectar anomalías en el corcho utilizado en la fabricación de tapones para el embotellado de vino.

¿Aproximadamente un 65-70 % de las botellas de vino del mundo están cerradas con tapones de corcho, por lo que parece fundamental controlar la calidad de la materia prima utilizada para la fabricación de los mismos. Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) ha utilizado la espectroscopia de infrarrojo cercano para detectar anomalías en el corcho que se utiliza para fabricar tapones utilizados en el embotellado de vino. Los resultados obtenidos permiten mejorar los procedimientos de control de calidad tanto en la fabricación de los tapones de corcho como en las líneas de embotellado de la industria del vino, favoreciendo un mejor nivel de calidad de todo el proceso de envasado.

Fuente: gosuber.es
Fuente: gosuber.es

El corcho es un material biológico que se obtiene del alcornoque sin necesidad de cortar el árbol. Por tanto, es un material natural, renovable y sostenible, cuyas actividades económicas se integran dentro de la bioeconomía. Aunque cuenta con múltiples aplicaciones, como por ejemplo en el sector de la construcción o la industria aeroespacial, el principal destino del corcho es la industria del vino. Los productos finales son principalmente de dos tipos: tapones naturales que se obtienen mediante corte directo a partir de una única pieza de corcho y tapones técnicos obtenidos a partir de granulado de corcho.

Al tratarse de un material natural, la materia prima (plancha de corcho o granulado) puede presentar distintas anomalías como por ejemplo mancha amarilla, raspa o leño, que disminuyen la calidad del corcho y, en consecuencia, su idoneidad para el taponado de vinos. Por tanto, es fundamental controlar la calidad de la materia prima utilizada para la fabricación de los tapones.

“El reto que nos planteábamos en este trabajo era desarrollar una técnica que permita modernizar el sector, aportando un criterio objetivo al control de calidad del corcho” indica José Ramón González Adrados, investigador de la ETSI Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM. “Para ello, escogimos el método de la espectroscopia de infrarrojo cercano, que ya ha sido ampliamente utilizada desde hace años para el control de calidad en distintos sectores como la industria agroalimentaria, y que se caracteriza por ser una técnica rápida, que requiere poca cantidad de muestra y de bajo coste de análisis”.

Así, un equipo de investigadores de la UPM y del INIA ha llevado a cabo diversos análisis para determinar la presencia de algunas de las anomalías más importantes, tanto en plancha de corcho como en granulado. En particular, se han desarrollado dos modelos matemáticos cuantitativos para estimar el porcentaje de mancha amarilla y de raspa presente en el granulado de corcho, alcanzándose una gran precisión (los errores medios fueron del 1,5 y 3 % respectivamente). Además, se ha realizado un análisis cualitativo en planchas de corcho para discriminar entre corcho, mancha amarilla y leño. El resultado obtenido permite discriminar entre corcho con y sin anomalías con total seguridad, ya que las muestras de corcho puro no se solaparon en ningún caso con las muestras con anomalías (mancha amarilla o leño).

Las esferas rojas representan las muestras de corcho puro, los conos azules las muestras de mancha amarilla y los conos invertidos verdes las muestras de leño. Fuente: Elaboración propia mediante el programa IDENT de Bruker
Las esferas rojas representan las muestras de corcho puro, los conos azules las muestras de mancha amarilla y los conos invertidos verdes las muestras de leño. Fuente: Elaboración propia mediante el programa IDENT de Bruker

“Los resultados obtenidos son prometedores y ponen en evidencia la utilidad de la espectroscopia de infrarrojo cercano en el control de calidad del corcho”, señalan los investigadores. Sin embargo, “dado que existen otras anomalías distintas de las estudiadas en este trabajo, se debe continuar esta línea de investigación para intentar lograr modelos que permitan determinar la presencia de todas las anomalías de manera objetiva y automática. Esto permitirá modernizar el sector, ayudando a que tanto los propietarios de alcornocales como la industria corchera puedan valorar mejor el producto y, por tanto, mejorar la comercialización del corcho”, concluye David Pérez Terrazas, investigador UPM-INIA que ha participado también en el estudio.

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